Capítulo 3

Gia

El suelo se siente como gelatina debajo de mis pies, por lo que caminar se me dificulta. No quiero que Gael note mi nerviosismo, pero ¿cómo disimular este remolino de emociones?

A pesar de todo lo que ha sucedido entre nosotros, aprecio mucho a Gael. Él siempre me protegió, brindó su amistad y enseñó casi todo lo que sé. Estar tan distante de él me duele, no solo por mi enamoramiento, también por lo que éramos antes de mi confesión.

Gael sube mis maletas en el baúl en pleno mutismo, entonces se apresura a abrírmela puerta del capítulo. La tensión se siente en el aire, pero también los nervios, puesto que ninguno de los dos sabe cómo abordar al otro.

Me subo al vehículo con gestos tímidos y evito mirarlo, en su lugar, decanto en poner mi atención en el cristal de la puerta. Sé que debo superar este asunto y tratar, por lo menos, de que no haya tensión entre nosotros; sin embargo, la realidad es que no sé cómo actuar delante de él.

Me encojo en mi lugar al sentirme escudriñada por él, asimismo me pego a la ventana de una forma ridícula, con la intención de estar lo más lejos posible de Gael, pero también protegerme de su mirada intensa.

—Estás muy callada —comenta él, después de que pone en marcha el vehículo.

Minutos más tardes, logro entretener la vista con el paisaje y es cuando dejo salir todo el aire que he retenido de forma involuntaria. Miro a través del cristal como si mi vida dependiera de ello e ignoro por completo el comentario de Gael. Lo menos que necesito ahora —aunque quiero— es conversar con él.

Gael pone música como un intento desesperado de menguar la tensión, pero no creo que eso sea suficiente.

Trato de quedarme dormida debido a que siento que me asfixio aquí adentro sola con él; no obstante, estoy tan ansiosa y nerviosa que no logro conciliar el sueño.

Tampoco es que el viaje sea tan largo. A media carretera, Gael baja la música y mira en mi dirección. Trago pesado al sentirme descubierta, puesto que había aprovechado que él enfocaba su atención en el camino para mirarlo, pero, como la gran tonta que soy, me quedé embelesada observándolo.

—¿Todo bien? —Lo veo titubear, no obstante, continúa—: Escucha, sé que las cosas entre nosotros estuvieron tensas por un tiempo y que ya no somos los grandes amigos que fuimos en el pasado; pero no dejemos que esa tensión se extienda a nuestro trabajo juntos. Además, extraño a mi hermanita.

Quiero morirme; de verdad, deseo que caiga un meteorito y me aplaste.

Pese a que Gael me dejó claro que él no me ama de la misma manera que yo a él y, que me fui por todo un año para olvidarme de él, así también, superar mi dolor; o tal vez, solo quise huir; la palabra "hermanita" es lo menos que quiero escuchar por parte de este imbécil.

—Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir: Yo soy hija única, así que no tengo hermanos. Por favor, ahórrate la hipocresía y la lástima. No necesito que seas amable conmigo ni que invoques un pasado que es solo eso. No vuelvas a llamarme así. ¿Quieres acabar con la tensión entre nosotros para que no afecte en nuestro trabajo y convivencia en la manada? Entonces, llámame Gia. Para eso me pusieron un nombre, para ser llamada por este.

—¡Vaya! Perdón por ser amable. Tampoco es para desplayes tu humor de loba amargada en mi contra.

Imbécil.

—No me interesa tu amabilidad —mascullo, cruzando los brazos.

—Eres muy injusta. ¿Hasta cuándo me tratarás como si fuera tu enemigo? Ni que estuviera obligado a corresponderte.

Bien, eso sí me dolió. ¿Quién se cree este imbécil que es?

—Bájate de tu nube y no seas creído. Ya no me interesas, ni siquiera eres mi tipo. A veces me pregunto cómo pude estar tan ciega en creer que tenía sentimientos por ti. Si por mi estupidez adolescente mi presencia te hace sentir incómodo, no tienes por qué cohibirte frente a mí, puesto que ya no me gustas.

»A decir verdad, solo me encapriché contigo, pero muy pronto descubrí que eres poca cosa para mí. Que no se te olvide que soy la hija del alfa, y que me casaré con un alfa de su propia manada que esté a mi nivel, ya que tú nunca lo estarás.

Bien, creo que exageré esta vez. No suelo humillar a las personas, pero el dolor que sentí aquel día que vi a Gael en brazos de otra a quien también defendió, no se compara con herirle un poco el ego a él. Aunque me siento un monstruo asqueroso por haber dicho todo eso.

Gael asiente con tristeza y enfoca su mirada en la carretera. Si antes había tensión entre nosotros, ahora este pequeño espacio se ha tornado asfixiante.

Evito con todas mis fuerzas mirar a Gael, quien ha subido el volumen otra vez. Percibir el dolor que mis palabras le provocaron, hace que me sienta una persona horrible. Todo por dejarme llevar por mi frustración. Me siento tan culpable por haber dicho lo que dije, ¿por qué tengo que ser tan tonta?

«¿Y si le pido disculpas?»

Tampoco voy a inflar su ego.

Después de unos veinte minutos, el logo de la manada nos da la bienvenida. Es un letrero grande que se yergue en el aire. Unos portones enormes se abren, dándole paso a la camioneta de papá.

Gael maneja por todo el pueblo y una sensación de nostalgia me invade de repente. Rememoro mi niñez junto a Kali y Gael, corriendo por los pequeños parques y en las plazas, yendo al mercado con mamá o comprando ropa con papá.

A veces me gustaría regresar al pasado cuando me dormía junto a Gael porque tenía miedo, o cuando me caía y él me abrazaba para darme consuelo; o cuando él me preparaba chocolate caliente en invierno y también cuando nos íbamos a bañar al río en tiempo de calor. Gael tiene razón, deberíamos reconciliarnos, pero temo tanto que mis sentimientos se salgan de control.

No, es mejor estar distanciados.

"Yo lamento haberte hecho daño, preciosa Gia; de verdad no fue mi intención".

Vínculo...

"No lo has hecho. No te creas tanto".

"Por lo menos disimulemos frente a los demás. No arruinemos los ánimos de tu familia".

Esbozo un suspiro y asiento en acuerdo.

—Estás en casa, Gia —anuncia Gael con una sonrisa que me hace temblar las piernas. Vaya, vaya...

Miro en dirección de la enorme y lujosa casa frente a mí, y aprieto mis manos contra la tela de mi camisa de rayas.

Bien, es hora de dejar atrás el pasado y empezar de nuevo. Es tiempo de enfrentar que Gael nunca será para mí y aprender a vivir con ello.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo