Una gran mano baja desde la cintura acariciando mí abultado vientre, Owen se encuentra a mi espalda, por lo consiguiente siento su erección en el trasero haciendo movimientos de adelante y atrás, mientras besa detrás de mí oreja, es una grata sensación, despertar con las caricias de mi marido, quiero voltear y para poder darnos el primer beso del día, pero por más que intento no puedo. Ya no soy tan ágil como hace unas semanas, seis meses cumplidos y no me levanto de la cama si no es con la ayuda de una grúa, en el intento solo me quedo boca arriba. Soy todo un fiasco. Se ríe.