—Vaya, nunca había escuchado una descripción tan sincera sobre mí, debería estar molesto, pero valoro su sinceridad, me disculpo por haber creído que era una de las tantas mujeres que suelen amarme en silencio. En cuanto a la boda será como usted decida, haga todo lo conveniente para que las cosas salgan bien, encárguese de los preparativos y discursos, yo asumiré los gastos y responsabilidad al mantener a la prensa lejos de este asunto —dijo y eso no fue agradable—. No le garantizo que esto pueda llevarse con discreción, pero haré todo lo que esté en mis manos para que esté tranquila, sé que tiene razón cuando dice que será un escándalo y muchos van a señalarla, por todo eso puede estar tranquila que me haré cargo.

—Muy bien, como usted quiera, señor.

—Señorita Clark, dice que no soy su tipo, que no le inspiro ni un mal pensamiento, pero se pone tan nerviosa cuando me acerco a usted que me hace pensar que me miente…

—Señor Ivanov, yo que usted me mantendría al margen, no estoy ner