Capítulo 118

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Llamé a Carla al móvil, pero no respondió. Salcedo y Mendizábal llamaron a sus nietos, pero tampoco éstos contestaron las llamadas, que repetimos con intervalos de pocos minutos sin ningún resultado. Pensamos que, con el ruido de la fiesta, no nos oían y decidí salir para Peñíscola cuanto antes. Mis amigos, alarmados por mi preocupación, estuvieron de acuerdo. Salcedo y Mendizábal se ofrecieron a acompañarme. El primero sugirió que cogiéramos la avioneta de la empresa, pero lo descartamos porque habría que movilizar a demasiada gente para ponerla en marcha y al final íbamos a tardar casi lo mismo. Decidimos, pues, ir en mi coche.

Me pasé todo el viaje llamando a Carla, pero seguía sin contestar y no pude comunicarme con ella. Así que, cuando sonó mi móvil y vi que no era mi nieta quien llamaba, sino Marga, la inquietud que sentía se multiplicó por cien. Me dijo que Carla estaba muy mal y que no sabía qué hacer. Yo le respondí que iba en camino y el d
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