—Sabes que odio las mentiras y los secretos.
—Lo sé.
—Te lo dije muchas veces.
—Lo sé.
—Entonces ¿por qué? — Daniel suspiró.
—Tenía miedo. — Sam lo miró. Hace un momento se había alejado de ella porque la joven lo alejó. Se sentía mal. Quería perdonarlo, sabía que debía hacerlo, pero por alguna razón no podía hacerlo.
—Esto es difícil.
—Lo sé. — Parecía que no tenía más que decir, sin embargo, su semblante decía todo, le dolía al igual que ella. En su vida había visto a Daniel tan cabizbajo, tan triste, tan dolido y todo por la mentira que él había ocultado. Vic y Peter la habían perdonado por mentir. Y su mentira era aun peor que la de Daniel, era injusto no otorgarle ese perdón a Daniel, alguien que se lo merecía tanto como ella.
—Daniel.
—¿Si? — Alzó la mirada notando sus ojos rojos e irritados debido al llanto. Jamás había visto a Daniel llorar, jamás había visto a un hombre llorar por ella. Su corazón se encogió al verlo de esa forma. Él no merecía sufrir tanto.
—¿Tienes