El silencio reinó en la oficina por unos segundos. Donovan exhaló, aún manteniendo esa expresión dulce y segura que siempre le mostraba a su esposa. Rosalind permanecía de pie, con los dedos temblorosos sobre el marco.
Donovan se acercó despacio, con pasos serenos, la voz baja y firme.
—Vi la pintura en venta. En la galería Ainsworth Fine Arts… —dijo con suavidad—. Fue para el otoño de hace tres años y medio. Estaba en un área libre, abierta al público.
Rosalind lo miró sin poder respirar. Su corazón dio un salto, una punzada que la dejó inmóvil. La pintura. Esa pintura.
Sus ojos azules se humedecieron, brillando con lágrimas contenidas. Sentía la garganta cerrarse, un nudo que le impedía hablar, entonces, recordó todo.
…………
✧✧✧ Hace tres años y medio atrás. Londres. ✧✧✧
El cielo de Londres estaba gris, cubierto por una niebla húmeda que anunciaba el otoño. Rosalind caminó rápido por la acera resbaladiza con su carpeta de portafolio bajo el brazo. Su respiración era agitada