Capítulo 61: Darte más de mí.
Donovan dio un paso hacia ella, extendiéndole la mano.
—Ven conmigo… —dijo ese CEO, con voz suave—. No puedes entrar así… tu rodilla… —comentó él al notar la sangre en Rosalind—, y la ropa empapada… Debemos asegurarnos de que estés bien primero.
Rosalind bajó la vista. Su abrigo estaba húmedo, pegado al cuerpo, su cabello mojado. Sus zapatos estaban llenos de agua y tierra. Se limpió las lágrimas torpemente con las manos, dejando rastros húmedos sobre su piel.
—Pero… quiero verlo… —susurró ella, con voz temblorosa, rogando—. Solo quiero ver a mi hermanito.
Donovan exhaló, asintiendo levemente.
—Lo sé… lo sé, mi señora. Y lo harás… pero primero vamos a cuidar de ti. Ven, tómame la mano. Vamos a tratar esa rodilla. Después lo verás… Anthony estará bien, no hay peligro.
Rosalind dudó un instante, pero finalmente tomó la mano de su marido. La sensación de calor, firmeza y seguridad la recorrió por completo. No había palabras, solo la certeza de que él estaba ahí para sostenerla.