Allan Taylor no era su padre.
Ahora, Rosalind finalmente lo sabía… y muy dentro de ella, se podría decir que lo supo siempre.
La indiferencia que ese hombre le mostró, su rechazo a ella y todo lo relacionado al arte que tanto amaba, un desprecio sin igual que sufrió por mucho tiempo.
En sus ojos, siempre estuvo marcado el odio hacia ella.
Pero entonces… ¿Por qué su padre biológico la abandonó?
Ahora… No podía evitarlo. La curiosidad la inundaba.
¡TENÍA QUE SABER QUIÉN ERA!
¿Dónde estaba su verdadero papá? ¿Qué hacía? ¿A qué se dedicaba? ¿Estaba con vida siquiera? ¿Porqué decidió ser solo el amante de su madre y luego marcharse de su vida?
¿No hubo amor? ¿Fue algo de una sola noche? ¡Por qué carajos no se la llevó con él, lejos de Allan!
"No… Si el hubiera hecho eso… Anthony no existiría…"
Pensó Rosalind, arrepintiéndose de ese último pensamiento. Mientras su mirada azul como el océano, se posaba en su marido que ya se había ido rumbo al cuarto de baño.