Capítulo 130: Y murió...
Donovan la abrazó al instante. Su brazo rodeó la espalda de ella. La otra mano subió lentamente hasta su cabeza, entrelazándose con su cabello rubio, sosteniéndola ahí, protegiéndola.
—Mi señora… —susurró él, con esa voz baja, profunda, que siempre lograba poner orden dentro de ella—. Estoy aquí.
Rosalind tembló. Su respiración se quebró, ella cayó en llanto. No un llanto desesperado, no un llanto violento. Era el llanto silencioso de alguien que ha soportado demasiado por demasiado tiempo.
Su cuerpo se movía apenas, como si cada recuerdo pesara.
Donovan la sostuvo más fuerte. La dejó llorar, él no preguntó, tampoco exigió saber nada… solo se quedó en silencio, junto a su amada esposa.
Ella tardó varios segundos antes de poder hablar.
—No… no quiero verlo… —murmuró Rosalind, con la voz entrecortada—. No puedo… él no es nada para mí, Donovan. No después de lo que hizo. No después de dejarme sola con Anthony… Yo… lo odié tanto… tantos años… No quiero que se acerque… ni a