CAPÍTULO 17
Había un pequeño rastro de calidez en los ojos de Cristian, cuando su mirada se posó en la rojez de su mejilla, hizo todo lo posible para reprimir las ganas de entrar nuevamente y golpear a su suegro hasta el cansancio. En cambio, exclamo. ―¡Cállate!
Tan pronto como terminaron las palabr