Tatum decide aceptar la invitación de Leila aún cuando no cree que sea lo más seguro pero si ella lo está invitando a su casa, es más que un paso en la dirección correcta y no quiere equivocarse y además extraña mucho a Amara.
Vestido con unos vaqueros azules desteñidos y una camisa blanca de manga corta, con un ramo de flores y una bolsa de juguetes en las manos, toca al llegar a la puerta pero no hay respuesta la primera vez.
Vuelve a tocar y la puerta se abre lentamente.
"Buenas noches, señor", lo saluda Amara sin una sonrisa en la cara ni entusiasmo en la voz.
Tatum la mira, sorprendido por la expresión fría e inexpresiva de su rostro. Amara siempre está feliz de verlo. ¿Qué puede estar pasando?
"Hola cariño, ¿cómo estás?". Se agacha a su altura y le enseña la bolsa de juguetes. "Tengo esto para ti".
"No los quiero", responde Amara, cruzando los brazos contra el pecho y dándose la vuelta para alejarse de él justo cuando Leila se acerca a la puerta.
Tatum la mira, momentáneam