"¿Cómo se declara la defensa?".
La juez Ruth Lycus, que preside el caso, pregunta al abogado de Carmela, Donald Rex, un abogado que Carmela ha contratado de una manada vecina.
"Inocente", responde Donald, mirando a Carmela, que tiene una expresión engreída en el rostro.
La juez Ruth mira lentamente de Kelvin y Leila a Donald y Carmela antes de dirigirse a su secretario.
"Registre una declaración de inocencia para el acusado, vamos a suspender la sesión hasta las 12 pm, dentro de quince días a partir de hoy, momento en el que este tribunal volverá a reunirse. El acusado también quedará bajo arresto domiciliario obligatorio durante el tiempo que dure este caso-".
"¡¿Qué?!", grita Carmela, con los ojos abiertos de par en par y llenos de sorpresa. "No es posible que lo diga en serio. No tuve nada que ver con la muerte de la bruja y no soy una amenaza para nadie".
Leila le sonríe y la juez Ruth frunce el ceño, deslizándose las gafas por el puente de la nariz para mirar fijamente a Car