33. Llegado
Dimitri
Se supone que está sería una visita de cortesía, se supone que tenía que hablar con la bruja y planear cuando sería el mejor momento para atacar.
¿Y qué es lo que me encuentro? A la feliz pareja disfrutando de la presentación de la nueva Luna; la sangre me hierve como nunca antes y Kalos, está que me desgarra las entrañas.
—Sabiamos que era suya —trato de mediar con él.
—Es mía, ese pelmazo no es nada comparado conmigo, la quiero mía y así será, cueste lo que cueste Dimitri —gruñe furioso.
La veo envuelta en ese vestido, hermosa, con una enorme y brillante sonrisa en su rostro, esa sonrisa que debe ser mía. mis manos se cierran en puños al verla llegar a lado del Lion.
Sus manos se entrelazan y la ve como si no existiera nadie más; empieza su estúpido discurso, antes de que termine y complete el ritual ante el consejo, avanzo interrumpiendo sus palabras.
—Parece que a alguien se le olvidó enviar mi invitación —vocifero por todo lo alto.
Mi pose recta, mi sonrisa burlona, mi vi