GULIO
La pesadilla vuelve a golpear fuerte la puerta cuando escucho la voz de aquel hombre y el miedo reflejado en las palabras de mi esposa.
Salgo de la camioneta preso del miedo ingresando al hotel donde se celebra esta farsa y busco en el primer baño que encuentro a mí. mujer pero no la encuentro.
—Vamos apúrate.
Aun tiene el micrófono que me permite escuchar y rápido busco desesperado chocando con algunas en el pasillo de la parte este. Veo aun mesero y me acerco a preguntarle.
—Hay mas baños de damas en este sector del primer piso.
—Si señor, después dentro del salón a mano derecha y el segundo bloque.
No espero mas explicación y corro sin importarme que me observen como un loco, es la mujer de mi vida la que esta en peligro y debo rescatarla. Me la van a destrozar nuevamente, me la van a dañar y no voy a permitirlo porque primero dare mi vida antes que vuelva a pasar por el mismo infierno.
Llego al baño donde encuentro a dos mujeres revisando el bolso de mi esposa.
—Donde lo enc