MIRTAJIL
—Deberíamos entregarnos—arrugo mi entrecejo con sus palabras y se aparta de su esposo que hasta aquí percibo su aura toxica—no quiero que más personas mueran por su…
—Cállate maldita sea—Stavros la toma del cuello y pienso lo peor—que el mundo se queme, que muera quien tenga que morir, pero a ti no te sacrifico me entiendes.
—Es que…
—Nada—la interrumpe—sin ti me muero, puedes entender eso—asiente—no voy a permitir que te toque un dedo porque primero lo mato.
Le plata un beso que me obliga a salir dejándolos solos, esos dos son demasiado sexosos y ni siquiera una situación como esta les baja el calor.
Hablo con la seguridad del lugar, necesito que estén atentos a las señales porque en cualquier momento este desgraciado puede atacar nuevamente, aunque se que no lo intentara pronto, o eso quiero creer.
Le envió antes de irme el mensaje a Stavros y Gulio, informándoles lo encontrado en Acacia y que acciones vamos a tomar, tomo prestadas una de las camionetas del millonario y voy