JOSEP

Apenas absorbo sus palabras con recelo porque no le creo nada, soy consciente de mi problema con las gemelas, pero más que eso, sé que moriré aquí encerrado por el resto de mi vida, la ilusión de salir es lo único que no me ha permitido atravesar la navaja en mi cuello.

—¿Como porque quieres ayudarme? —inquiero.

—Porque tenemos un tema en común y son las gemelas Mitchell—dice poniéndome a hervir la sangre—quiero venganza—el odio puedo sentirlo— quiero que sufran, que supliquen morir y tú eres ese eslabón perdido de la cadena que une mis propósitos con la realidad. Sé que nadie como tu para hacer precisamente eso que quiero es por eso que necesito tu culo fuera de esta prisión.

—¿A cambio de qué? —no estoy seguro de confiar en él.

—No te preocupes —dice—no me interesa quedarme con tus hembras, a esas malditas las quiero desechas, peor que basura me entiendes—asiento—pero no sin antes de tener a Artemisa y a Andrómaca, al igual que tú las quiero follar sin contemplaciones—una nebl