STAVROS
—Tu no me dices si follaste o no con tu esposa, no quieres escucharme sobre la estupidez que piensas hacer—abre la puerta—no tengo porque contarte mis intimidades, esto es reciproco lo tuyo y mío, tú me cuentas yo te cuento, y no te deseare feliz cumpleaños porque este día será el peor de tu vida.
—Ya muérete…
Dejó caer la cabeza en el asiento ignorando varios mensajes de conocidos, estoy dispuesto solo a descansar y no dejar que las ganas me dominen, de solo pensar en su olor, la suavidad de su piel todas mis terminaciones nerviosas ansían y anhelan tocarla.
No debo abrir mis ojos para saber que ha ingresado, no utiliza perfume, pero su esencia femenina es tan intensa, tan deliciosa que puedo sentirla a metros de distancia, abre lentamente la puerta y de esa misma forma la cierra mientras finjo dormir, capto sus pasos en cuclillas para que el sonido de la punta de su tacón no emita eco cuando se acerca y toca suave mi rostro.
Lo hace suave, apenas puedo sentir su tacto cuando