ANDROMACA
—Nos vamos —la vergüenza me impulsa a caminar, a no protestar encontrándome con Carmina que se sorprende al ver a Stavros.
—Tenemos que llevarla —le sigo cuando tira de mí.
—Que busque a su amante —sigue caminando y Carmina detrás de mí —en mi auto no entran perras.
«Pero si mi hermana»
—No —no puedo dejarla aquí, después de acompañarme —se va con nosotros y la dejaremos en un lugar seguro.
—Te quedaras en el evento—la señala y le sonrió, subimos al auto en total silencio, con una tensión entre los tres, sin embargo yo con la vergüenza hasta lo ebria se me quito.
El auto estaciona en el lugar y Carmina se baja no sin antes despedirse.
—Chao amiga —me da un beso en la mejilla —visítanos en algún momento.
Asiento para no darle más larga al asunto, cierro la puerta y el auto avanza, suelto el aire sin sopesar lo que vendría después.
Stavros tira de mí y me aferro a su brazo con mis labios cerca de los suyos, el corazón me late tan fuerte por él, pero no tengo razonamiento algun