ANDROMACA
—Soy un hombre de culos
Abre más mis piernas teniendo más acceso, a lo que interna un dedo que me revuelve las entrañas con el ardor de su intromisión, tiemblo y rezo porque alguien ingrese y me ayude, me salve del movimiento de su dedo en mi interior.
—No me gusta que me engañes con Stavros—me siento asqueada con su dedo en mi aro prohibido saliendo y entrando—y mucho menos que golpearas a madre como lo hiciste.
—Se lo busco—suelto con el nudo en la garganta de querer gritar—para ya, para—suplico removiéndome inútilmente.
—Tu agresividad me prende —lame mi cuello—y que huelas al millonario despierta algo insano en mi bebe—me muevo tratando de huir pero más se entierra en mi culo—te quiero lejos de su cama—asiento si eso significa que saque su dedo de ahí—te facilitare las cosas mi reina oscura—busca la manera de meter otro y sollozo con intensidad.
—Por favor para, para ya
Me sostiene más fuerte, arqueándome de forma dolorosa dominándome en una posición incómoda para mi col