Cap. 42 La figura que se repite
“Y cuando desees resolver algo, solo mira lo que siempre es constante”
Lo que pasó en el almuerzo
Salma nadaba vigorosamente, la piscina de Fadel era espléndida, él seguía seco y entonces lo animó:
—Zeink, ven dato un baño.
Los chicos gritaron de que entrara y él se levantó, se quitó la camisa y dejó ver su perfecta musculatura, eso sorprendió a Salma que no esperó que se viera bien, ese hombre podía quitar el aliento a cualquier mujer, era divino. Tuvo que disimular y meterse lo más profundo del agua para perder esos pensamientos en lo más profundo de la piscina.
Zeink se lanzó en un clavado perfecto y se zambulló hasta el fondo y la vio emergiendo y él salió poco después y ella le dijo:
—Es una gran piscina.
—Lo es.
Se metió de nuevo en el agua y admiró el cuerpo perfecto de la joven, ella salió para tomar un descanso y se sentó junto a Dalila que sonreía:
—Es un gran hombre.
—Sí, claro…
—Me recuerdas mucho a Valkiria, la esposa de Zeink.
—Ella murió, ¿verdad?
Dalila asi