“Y siempre el culpable es de quien menos sospechamos, el que más cerca está de nosotros”

Escenario del desconcierto

Los chicos miraban las cámaras de seguridad y ninguna daba con lo sucedido:

—Tiene que estar aquí…

—Tal vez la cámara no funciona—comentó Noah—voy a ir hacia allá para que me veas si sale mi imagen.

Su hermano asintió y salió corriendo hacia el pasillo que daba a la habitación de su abuelo y Adrián no veía nada, solo el pasillo vacío, más escuchaba la voz de su hermano.

—No te veo…

Noah se percató de que alguien había pegado una foto del pasillo y se subió en un banquillo y sacó la foto.

—¡Ahora te veo!

Su hermano le mostró la foto y comprendió que alguien había hecho un trabajo minucioso. Noah miró a todos lados, no entendía nada.

Cuando Zeink llegó en esos momentos, se topó con la noticia.

—Desaparecido…—revisaron las cámaras—su enfermero no contesta.

Salma fue a la habitación del anciano, todo estaba en orden, entonces vio que debajo de la foto de sus nieto