“¿A dónde vamos?, pregunta mamá. Se da cuenta de lo segura que estoy.
“Adónde más que a reclamar lo que es mío por derecho…”.
“¿Sebastián?”, pregunta mamá, atónita.
Ladeo la cabeza mientras me siento en la cama y sacudo la cabeza. “No mamá, nos vamos a la manada de la Sombra de Cristal.
Sus ojos se abren de golpe y se lleva una mano al pecho.
“Qué... a tu padre…”.
“Sí mamá, ya es hora de que regresemos... Creo que ya es hora de que reclame mis derechos”, digo con firmeza.
Mamá y papá estaban apareados cuando me concibieron y se habían reclamado mutuamente. Soy la heredera legítima de esa manada. Lo dejé todo por Sebastián y papá lo había puesto todo a nombre de Annalise. Pero... ahora que está con Sebastián, no creo que se esté ganando ningún favor.
Esa manada es mía... y creo que el momento de reclamarla es ahora.
Estoy cansada de poner a todos antes que a mí misma... Aseguraré el futuro de mis hijos en una manada influyente y si acaso, será un poco más segura allí....
Adem