—Nuestro padre estaba muy molesto — explicaba la anciana Brigida con su relato — Todo porque Angus había dejado las caballerizas abiertas.
Anastasia sonrió cuando su tía concluyó con una carcajada.
¿Ya hablaste mucho de mí, no? — Comentó el señor Roche con un poco de humor — ¿Por qué le cuentas a Anastasia la vez que te hiciste pasar por institutriz solo porque no querías casarte con tu difunto marido?
—No te atrevas a recordarme eso Angus Roche — lo señaló su hermana — Ni te atrevas a contársela a mi niña.
—Yo quiero saberla — interrumpió Anastasia.
Brigida se llevó la taza de té a los labios y observó por el borde de la taza a las tres personas que la miraban fijamente, con la esperanza de que contara esa historia.
—Bueno — ella sonrió y se acomodó en su sitio — Ya que insisten, la contaré. — Se limpió los labios con una servilleta y comenzó — Resulta que era el baile de nuestro compromiso, nuestros padres habían acordado la unión entre los dos y…
Anastasia iba desde el enfado, la s