Capítulo 41
Alexander impulsa sus labios contra los de ella, Brenda responde el beso presionando su cuerpo contra él, las manos de Alexander recorren las piernas de Brenda y se escabullen por debajo de su vestido, hasta encontrarse con su abdomen, que presiona fuerte y araña con lujuria, la toma en sus brazos y la carga delicadamente por las escaleras hasta su habitación.
Brenda se siente extasiada por el encuentro, su cuerpo se encuentra inflamado de lujuria y sus manos están desesperadas por tocar más allá de lo que puede ver.
La habitación de Alexander es oscura, elegante y sombría, sus sabanas se sienten de finas sedas y huelen exactamente a él, Brenda desabrocha los botones de su camisa y besa con ansias su pecho, es perfecto.
Alexander la recuesta en la cama y besa sus muslos, sube hacia sus labios y Brenda suelta un quejido, - ¿qué diablos? ¡tus ojos! -, exclama, Alexander se aleja de la cama intentando cubrirse, - tranquilízate, estas seguras aquí, no te hare daño -, vocifera