A las diez de la noche. En el campamento base de la Pandilla del Hacha.

Harvey se estaba preparando despreocupadamente un té en el jardín.

No mucho después se pudo ver una esbelta figura caminando desde lejos.

“Su esposa no se pondrá celosa de mí por esto, ¿verdad, Señor York?”, dijo Rachel con una sonrisa antes de tomar asiento frente a Harvey.

Tenía puesto un vestido de seda. Junto con su cabello ondulado, su exquisito aspecto femenino era bastante evidente.

Harvey admiró su belleza antes de dedicarle una cálida sonrisa.

“¿Vas a decirme que haré enojar a Mandy solo por beber té y mirar la luna contigo?”.

Rachel le devolvió la sonrisa.

“Por supuesto. Soy diferente a los demás. Después de todo, solo me importas tú...”.

Harvey soltó una risita. No creía que Rachel hiciera chistes así, sobre todo teniendo en cuenta su actitud seria.

Le sirvió una taza de té antes de cambiar de tema.

“De acuerdo. Basta de chistes”.

“Hablemos de negocios”.

“Deja que Mandy se ocupe de la empres