Capítulo 6: Muerta

Capítulo 6: Muerta

Poco a poco comenzó a abrir los ojos, sintiéndose muy cansada y mareada.

No recordaba cuánto tiempo había pasado, pero sentía que pasó una eternidad sin haber visto la luz.

Una vez que su vista se acostumbró a la claridad, movió de forma lenta su cabeza mirando a su alrededor descubriendo que estaba conectada a varias máquinas.

Por instinto trató de mover su mano derecha para tocar su vientre mientras los recuerdos del dolor mientras abortaba regresaron a su mente.

“Perdóname bebe” – pensó mientras una lágrima se escapaba de sus ojos.

- Jazmín – ella salió de sus pensamientos y noto que había alguien con ella.

Al girar su cabeza a la izquierda, vio que su maldito verdugo estaba a su lado.

Luciano miró con atención a la pelinegra, pero se sintió extraño al ver la mirada apagada y sin vida de ella.

De hecho, ella ni le habló, solo… solo giró la cabeza después de verlo.

- Yo… perdón amor, no sabía… - empezó a decir tomándola de la mano, pero vio que ella solo apartaba su mano para evitar el toque mientras cerraba los ojos – tch… ya se, estás enojada y furiosa, pero esto que paso es tú culpa: ¿Por qué no me dijiste de tu embarazo? ¡AH! – gritó dejando salir su frustración, porque él también lloró la pérdida de su hijo no nato.

- …

- Tch… perdón, no debí gritarte…  pero ah… si lo sé, creo que me excedí con lo del castigo, pero también fue tu culpa por haber empujado a Ruby en la entrevista y…

- Divorcio… - mencionó ella abriendo los ojos.

- ¿Qué?

- Vamos a divorciarnos.

- Jazmín… - el rubio frunció el ceño - ¿Por qué eres tan irracional? ¡AH!

- No lo estoy… tú dices que asesine a alguien y ahora ya mi hijo murió así que pagué vida por vida.

- Esto… - ahora Luciano se miraba incómodo, porque esas palabras sonaban tan crueles y algo bárbaras que le dejan un mal sabor de boca – esto es tu culpa.

- ¿Yo?

- Así es, porque nada de esto habría pasado si me hubieras informado de tu embarazo – declaró señalándola con el dedo – así que no te hagas la víctima, porque tú eres una maldita egoísta ya que por tu silencio y celos, asesinaste a nuestro hijo – indicó furioso dando media vuelta para salir de esa habitación.

Ella solo lo miraba con atención sin replicar ninguna de sus quejas.

Cuando Luciano estaba por seguir hablando, vio que la puerta se abría  para dar paso a la enfermera, que venía a revisar a la paciente.

- Tch… no hemos terminado de hablar – dijo dando media vuelta para salir de la habitación.

- ¿Quién es ese loco?

- Mi ex – susurró la pelinegra sonriendo de forma amarga.

- Que bueno que lo mandaste al diablo, imbéciles así no merecen una segunda oportunidad.

Ese comentario animó un poco a Jazmín.

- Disculpa… ¿Mi teléfono?

- Hm… aquí lo tienes, cuando te trajeron estaba sin batería y lo cargamos para que uses y avises a tus parientes – indicó entregando el aparato a la chica, ya que no lograron desbloquearlo para llamar a alguien cuando la ambulancia trajo a la joven.

- Gracias – dijo tomando su móvil.

Tras terminar la revisión, la enfermera se retiró prometiendo regresar con el almuerzo en unas horas.

Al estar a solas, ella prendió su móvil y enseguida apareció una avalancha de mensajes.

Varios son de Ruby burlándose por ser una estúpida que siempre la dejaría de lado.

Otros eran de su madre maldiciéndola por haber nacido y esperando que se muriera.

También Luciano le escribió pidiendo que esperara a que aprendiera su lección.

“Idiota, me quitaste mi teléfono y aun así me mandaste mensajes” – pensó con sarcasmo.

Obviamente borró todos esos mensajes, revelando que también Karla le había escrito y llamado… porque estaba angustiada por el silencio de 3 semanas y que faltara a su cita para tomar un cafecito.

Ella trató de controlar sus lágrimas y busco llamar a su amiga.

- Maldita ingrata, ¿Cómo te atreves a ignorarme? Mínimo me pudiste enviar… - ella contestó rápidamente y comenzó a gritarle, pero se detuvo al escuchar un suave sollozo.

- Puedes venir a buscarme – la interrumpió ella tratando de controlar sus lágrimas.

- ¿Dónde estás?

- En el hospital.

- Llego en 5 minutos.

- Gracias – con eso se terminó la llamada.

Jazmín solo dejó escapar un suspiro mientras enfocaba su mirada en el paisaje que mostraba la ventana al mismo tiempo que derramaba lágrimas silenciosas.

Ya estaba cansada, siempre era lo mismo…

Los Stein están empeñados en arruinarle la vida por la supuesta deuda de vida que ella tiene, cuando en realidad no hizo nada malo… pero como siempre todos la condenaron sin darle oportunidad de defenderse.

Tras un rato, la puerta se volvió a abrir dando paso a Luciano, quien llevaba un ramo de flores.

- Jaz… yo… perdón amor, creo que reaccioné mal y lo siento, pero me dolió saber que mi primer hijo murió sin que lo supiera y…

- ¿Cómo te lo iba a decir? – dijo ella con voz baja.

- ¿Qué?

- Cómo podría decírtelo, si el mismo día que me entere me condenaste a muerte sin escuchar mi explicación – indicó ella haciendo una mueca.

- Am… yo… perdón mi amor, sé que me apure al sacar una conclusión errónea… pero mi juicio se nublo al pensar que heriste a Ruby y…

- Eso ya no me importa.

- ¿Qué?

- Ya no me importa, solo déjame.

- Jazmín, sé que estás enojada, pero…

- Vamos a divorciarnos, así que eso ya no es relevante.

- Jazmín deja de ser irracional y…

- Irracional… - ella frunció ligeramente el ceño.

- Jazmín sé que estás dolida por lo que pasó y sé que me pase con lo de tu encierro, pero sabes que me enoja que Ruby lo pase mal y…

- No pos wau… el gran y devoto esposo priorizo la seguridad de la puta de su cuñada que la de su propia esposa – declaró una voz femenina en tono sarcástico mientras abría de golpe la puerta y aplaudía de forma lenta y sonora.

- … - Luciano se giró con el ceño fruncido encontrándose de frente con esa mujer odiosa – tú…

- Aw… mi vida… el cucaracho nerd se ofendió porque le dije sus verdades – declaró la castaña empleando un tono burlón mientras usaba la palma de su mano para tapar su boca de forma juguetona.

- Jazmín controla a tu amiga – ordenó el rubio frunciendo el ceño.

- ¿Por qué?

- ¿Qué? – Luciano miró asombrado a su esposa - ¿Qué dijiste?

- Ella no ha hecho nada malo, si acaba de decir lo que yo también estoy pensando en estos momentos.

- JAZMIN – gritó el rubio lanzando con fuerza las flores al suelo.

- Luciano, deja ese drama para quien te importe – declaró Karla acercándose a la cama – ten amiga, traje esto para ti – dijo pasándole una carpeta.

- ¿Qué le das a mi mujer?

- Me leíste la mente – mencionó al ver el contenido de esos documentos y toma la pluma que tenía la carpeta para plasmar su firma – ahora por favor, lee y si te parece bien la división de los bienes, firma.

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