Capítulo 17
Aiko esperó pacientemente hasta que las luces del antro se encendieron dando la señal de que había acabado la diversión y ya no quedaba sino el personal dentro del recinto. Salió de su escondite arrastrándose y sintió que las piernas le dolían terriblemente de estar en la misma posición tanto tiempo, así que las golpeó suavemente para que recuperaran la circulación. Fue eh ese momento que algunos de los camareros la divisaron y uno le preguntó con sorpresa qué demonios hacía allí. La chica se encogió un poco.En realidad, fueron amables con ella y entendieron la situación. No era la primera vez que veían como alguna linda chica terminaba drogada y mal parada por culpa de algún sinvergüenza y aunque tenían seguridad dentro del recinto controlando ese tipo de situaciones, no siempre podían actuar. Entre tanta gente era fácil hacer salir a una chica pequeña como ella y hacerle dios sabía qué.Llamaron un taxi para ella y le encargaron a uno de los