Esa condenada me va a matar

Capítulo 61

—¡No aguanto más!

Eso le gritó a su hermano por teléfono. Ran no podía plantarse en la oficina de Azaki porque aún mantenía su anonimato. Solo el jefe de seguridad de la familia sabía que estaba de vuelta, porque era imposible ocultárselo. El hombre sospechó desde que Azaki Masaharu le ordenó dejar de buscar a su ex jefe. No tardó mucho en descubrirlos a ambos, hablando en una cafetería con pretensiones de que nadie reconociera a Ran. Pero ni usando gorra, gafas y mascarilla se podía ocultar del hombre que trabajó para él por casi media vida.

El hombre, inexpresivo, se emocionó al verlo, por fin, sano y salvo. Se acercó a la mesa y no dijo nada, solo se inclinó ante su jefe y dijo que se alegraba de verlo. A continuación se distanció y se colocó como siempre al servicio y cuidado de los CEO. Azaki y Ran lo miraron alucinados. Ese hombre era lo más.

Aun así, Ran seguía manteniéndose al margen de la sociedad. No quería, ni le apetecía
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo