Capítulo 165: Problemas de la manada.
A penas salgo, Eliot y Marcus entran a la habitación para cuidar a mi esposa mientras yo no me encuentro, pero, Jay, quien creí que se había marchado, se encuentra a pocos metros suspirando profundo.
— Señor…
— No me molestes ahora. No quiero hablar con alguien. — digo caminando por donde él se encontraba.
— Deja de ser tan hormonal, después de todo, es tu esposa la que está embarazada, no tú. — dice Jim y yo camino hacia él porque aún no se ha quitado la ropa llena de sangre.
— ¡No vuelvas a entrar a su habitación lleno de sangre! — grito molesto.
— No he entrado, Reymond. Estaba en la puerta, porque parecía que estabas listo para matarte y sabiendo como has estado estos meses, me preocupaba que lo hicieras.
Suspiro profundo, retrocedo porque siento que he corrido una maratón de la que aún no me siento preparado y termino sentándome porque mis piernas no responden.
— ¿Cómo puedo solucionar este problema? ¿Cómo puedo recompensar algo que no tiene precio y es eso lo que lo hace difícil