El desespero me invade porque no puedo permitir que a ella le pase algo después de tantos años buscándola. Así que, desesperado corro hacia su habitación donde al verla inconsciente mi pecho amenaza con romperse.
— ¡¿Qué rayos hacen que no está el doctor aquí?!— Ya viene en camino, señor.— Si algo le llega a pasar a Elise, estarán en graves problemas. — advierto con ella en la cama, intentando que mis feromonas la alivien, pero, no es así.Su cuerpo parece estar sufriendo mucho al punto que se transforma en humana o en lobo con pocos segundos de diferencia.— Esto no puede ser un castigo por reencontrarnos, ¿verdad?— Señor, los dos fueron castigados reencarnando en la tierra sin saber de sus recuerdos siendo ángel o demonio, cuando se volvieron a encontrar, las cosas se complicaron en la vida de ambos y cu