Al ver el lugar del accidente, muchas personas se detuvieron. Algunos sacaron sus teléfonos para llamar a emergencias, otros llamaron a la ambulancia. Los autos en la intersección se detuvieron, y algunas personas se acercaron para ver cómo estaba el herido.
Alina se abrió paso entre la multitud y vio a una persona tendida en el suelo, sin moverse. La mancha de sangre debajo de él se expandía lentamente, y la sensación de miedo se apoderó de Alina en un instante.
——Se ve joven, ¿quizás un estudiante?
——Pobre chico, lo lanzaron a unos quince metros, seguro que está muerto…
——Ha perdido tanta sangre, probablemente tenga pocas posibilidades…
Alina se calmó un poco y pensó: “No debe ser Andrés”.
Después de reafirmarse mentalmente, logró detener el temblor en sus piernas y se