«Damian, Lilian no nos haría algo así, deja de decir tonterías, debemos ayudarla y protegerla.» Rugió Federick furioso.
«También dijiste que nunca nos traicionaría y lo hizo al fingir su muerte, así que no creas conocerla, Lilian ya nos ha lastimado bastante por suponer que podemos confiar en ella.» Le recordé.
— Damián, deja de ser obstinado. Ahora debes pensar detenidamente antes de tomar una decisión. Si eres tan terco, definitivamente te arrepentirás en el futuro. — Dijo Jonathan con los ojos rojos, ansioso.
— Seguramente alguien pronto vendrá por ti de tu manada, así podrás salir de aquí. — Espeté antes de darme la vuelta sin darle más explicaciones, yo iba a notificar a su hermano lo que estaba ocurriendo porque las acciones de Sebastián parecían estar fuera de control.
Al apenas salir, me di cuenta de que ya estaba oscureciendo y al ver el cielo vi pasar una hilera de murciélagos, efectivamente esto era demasiado extraño, Jonathan debía tener razón en lo del vínculo entre S