Alonso sonrió a Lucrecia.
El joven se acercó y le tomó de las mejillas.
—Lo siento. —Dijo Alonso. —Soy un imbécil.
—Lo sé.
—No debí...—Ella le puso una mano sobre los labios.
—Voy a quitarte la camisa —Dijo mientras le acariciaba el abdomen, el joven sonrió y se inclinó para sacar su cabeza y brazos porque definitivamente le gustaba eso más que hablar.
Lucrecia le quitó los pantalones y Alonso le quitó la blusa, los dos rieron con complicidad antes de besarse. El joven la cargó para dejar de inclinarse, ella le rodeó con sus piernas y Alonso fue hacia la puerta, la joven gritó divertida y confesó que nunca lo había hecho contra una puerta.
Alonso rio ante la cara de sorpresa de Lucrecia cuando comenz&