--- Julián Escalona ---
Hoy pintaba para ser una tarde tranquila, salí temprano de la oficina, tuve una reunión con varios posibles clientes, luego de ello, llegue me quite el traje y me puse mi ropa deportiva favorita, estaba a punto de irme al GYM cuando, el llanto de mi vecina y amiga me sorprende, es un llanto ahogado, es algo doloroso.
Por un momento titubeo, tal vez lo que necesita es estar sola, todos a veces necesitamos llorar en soledad, pero luego se viene a mi mente lo que paso hace varios meses, ahí es cuando reacciono y salgo a tocar en su puerta.
- Ana, cielo… ¿Todo bien? – Pregunto y al no escuchar respuesta, abro la puerta.
Intento entrar, pero hay algo bloqueando la puerta, algo o alguien.
- Ana, hermosa, ¿Qué sucede? - Pregunto cuando por fin puede entrar la mitad de mi cuerpo.
Ella se hace a un lado y por fin puedo entrar completo, al verla en el suelo, solo me limito a ponerme a su altura, me siento con ella y la abrazo. Ella, al sentir mi abrazo, se suelta a llorar