--- Ana Teyssier ---

¡Hoy es un gran día! Me miro al espejo y me gusta cómo me veo, el vestido luce hermoso, algo me decía que ahí lo encontraría y sí, así fue.

No es blanco, no es marfil, no es uno de los tantos colores que mencionaban en las tiendas grandes, esos colores que no sabía que existían.

Cuando lo vi, era beige, con unas flores bordadas en color rosa y blanco en el corsé, su escote es en forma de corazón. Una tira de velo funge como tirantes caídos, dejando ver mis hombros desnudos, no es pomposo, pero tiene vuelo y en mayoría es de velo.

Este vestido, curiosamente, tan pronto lo vi, supe que era para mí, la dependienta me dijo que alguien lo mandó a hacer, pero nunca más volvió por él, así que cuando vio que me lo quería probar, sus ojos se le iluminaron, ya que era algo por lo que nunca pudo recuperar su inversión.

Desconozco la historia de aquella chica que, no pudo regresar por su vestido, pero espero que haya sido por alguna buena causa. Cuando me lo probé, solo necesi