Estimadas lectoras y lectores AL parecer, el que Dominik hablara sinceramente con Ana, ayudo a mejorar su comunicación, veremos que les depara el destino a este par.
--- Ana Teyssier ---Debo admitir que la confesión de mi jefe me sorprendió, jamás hubiese imaginado que él hablaría de esta manera conmigo, ¡Vaya! El solo hecho de pedir perdón, Dominik Müller, no es un hombre que pida perdón, digo, se la pasa disculpándose por gritar, por decir idioteces, por acusar y señalar, pero eso de pedir perdón, eso sí me sorprendió.- “Ana, corazón de pollo, no bajes la guardia. Este hombre seguramente busca algo más, seguro quiere alargar el contrato”. Me dice una vocecita en mi cabeza.La verdad, siendo sincera conmigo misma, si quisiera que él alargara el contrato, aunque me la paso diciendo lo contrario, ya que, aún no me siento con el ánimo para regresar. Tengo dinero ahorrado, puedo mudarme a otra ciudad, pero el solo hecho de pensar en regresar, me roba el aire, me roba la calma, regresar, pero ¿Para qué?Mi familia se ha acostumbrado a verme aquí, ellas les encanta venir en Navidad, aunque hace mucho frío, ellas disfrutan su estancia aquí. Regresar a
--- Dominik Müller ---Dejo sentada a Ana y me dirijo a mi guardarropa, sé perfecto que no tengo más ropa para ella, por lo que debo prestarlo algo de la mía, es enorme comparada con su diminuto cuerpo, pero le servirá. Rápidamente, me deshago de mi ropa mojada, me seco y coloco ropa nueva.En este momento es cuando caigo en que parezco un adolescente, no debí reaccionar así, no es nada personal, Ana solo necesitaba ayuda para bañarse y yo, yo hice lo mejor que pude. ¿Por qué reaccioné así? Me pregunto mentalmente mientras veo mi entrepierna, ¡Demonios, contrólate, Dom!Espero unos minutos y salgo del vestidor, solo para toparme con que Ana se ha dormido, solo se cubrió con la toalla y cayó profundamente dormida.Mentalmente, digo, ¡Mañana por la mañana me va a odiar! Con pena o sin ella, le quito la toalla, es obvio que trato de poner mi mente en blanco, trato de no mirar, solo rapidamente le pongo la camisa de mi pijama, la abotono y listo.Ella parece despertar, pero no lo hace, la
--- Ana Teyssier ---La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, básicamente en toda esta semana no volví a ver al señor Müller, él se va a la oficina muy temprano y regresa cuando estoy completamente noqueada por las pastillas.Hoy, Jada llegará dos horas más tarde, es decir, a las 8:00 am, mi estómago me ruge, así que me levanto y voy hacia la cocina, pienso que no debe haber nadie en casa, me voy acostumbrando a la soledad de este lugar, ya que Jada, casi no hace ruido y solo se dedica a tenderme, pero casi no hablamos.Salgo de la habitación principal y camino hacia la cocina, voy descalza y de puntitas cuando una voz familiar me hace saltar…- ¿A dónde se supone que vas?Me giro y lo veo, sentado en el sofá con pijama, cabello revuelto pero con la computadora en las piernas y una taza de café en las manos.- Te hice una pregunta… - Dice el hombre sentado mirándome.- Voy… Voy a la cocina… ¿Quiere algo de ahí? – Preguntó apenada y asustada a la vez.- ¿Qué necesitas? – Dice mientr
--- Ana Teyssier ---Algo que he aprendido esta semana es que, antes de tomar las pastillas, debo bañarme, porque luego ya no sé nada de mí. Mi día pasó demasiado rápido, creo que el hecho de que el señor Müller esté en casa hace que el día fluya más rápido.Con su ayuda cubro mi brazo y, como puedo, entro al baño, ahora viene la parte difícil, que es, bañarme, abrir la regadera, no es problema, pero lavar mi cabello, sí que lo es. Luego de un largo baño, salgo, me pongo la pijama y comienzo a secar mi larga cabellera.Cuando menos lo espero, lo escucho tocar…- Ana, ¿Estás visible? – Pregunta el señor Müller detrás de la puerta.- Sí…- ¿Puedo pasar? – Pregunta como si esta no fuera su habitación.- Adelante…- Te traje agua para tus medicamentos… ¿Quieres que te ayude a secar? – Dice él señalando mi cabello.- ¡Oh, no! ¡No! ¿Cómo cree? ¡Puedo hacerlo sola!- ¿Mmm? Luces como si te estuviera costando hacerlo…- Bueno, solo un poco, pero estoy bien… - Digo, sintiendo su mirada sobre m
--- Dominik Müller ---Casi no pude pegar el ojo toda la noche con preguntas sin respuesta. En el tiempo que Ana lleva viviendo en Nueva York, jamás he hablado con ella de su vida, como lo he dicho, en un principio se notaba triste, llegué a pensar que extrañaba a su familia, pero la verdad no quise poner atención, ya que estaba embelesado con Bárbara.Conforme el tiempo avanzaba, ella fue mejorando, se esmeraba en su trabajo en la oficina, debo reconocer que en casa, poco a poco se fue apoderando de cada espacio, el aroma a cítricos y mangos luego descubrí que le pertenecía, no era que me molestara, al contrario, creo que olfatearlo me tranquilizaba.Mi casa comenzó a llenarse de flores, sí, mi casa, meticulosamente decorada, se llenó de pequeños ramos de flores. No sé cuáles sean, digo sé que unas son rosas, pero hay más flores, lo cual la hizo verse llena de vida, por acciones como esta, me fue inevitable comenzar a Ana.- Hola… - Dice ella y me saca de mis pensamientos.Abro los oj
--- Dominik Müller ---- Hablé de ti, Ana… Acabas de darme una lista de lo que tienes que hacer aquí, ¿Cómo era tu vida en México?Ante la pregunta, ella abre los ojos y nuevamente casi se atraganta con el hot cake.- ¿Cómo? - Responde sorprendida.- Sí, cuéntame, ¿Qué hacías en México?- Sobrevivir… - Responde rápidamente.- ¿A qué te refieres con eso? - Vuelvo a preguntar, ya que su respuesta me llena de intriga.- Mmm… Casi no hablo de mi vida personal…- Ana… si recuerdas que ya no trabajas para mí, podemos hablar de cosas que nunca hablamos… - Digo tratando de romper el hielo.- ¿Qué quiere saber? - Me pregunta como si quisiera concretar algo de lo que hablar.- ¡No lo sé! – Digo fingiendo indiferencia. – Lo que tú quieras contarme…- Nada… - Responde cortante.- ¡Ana!- ¿Qué? Usted dijo… - Dice ella sonriendo.- Háblame de tu familia… - Le digo por mencionar algo.Puedo ver cómo sus ojos se iluminan.- Pues como ya sabe, tengo a mi madre, a mi abuela y mi hermana menor, tengo una
--- Dominik Müller ---- ¿Qué hay del amor? – Es aquí donde podré responder mis preguntas…- ¿Qué de eso? - Pregunta con intriga evidente marcada en la voz.- Cuando viniste a Nueva York, ¿Dejaste a algún amor…? - Pregunto yendo directo al grano.- Sí… Deje 3, no fueron 4…Cuando ella dice que son 3, me asusta, ella andaba con 3, ¡No! Con 4… ¡Dios! Esta niña me sorprendió con su cara angelical…- ¡Ana! - Digo sorprendido y un tanto molesto.- ¿Qué? Usted preguntó… Además, que se asusta, si en este apartamento he visto desfilar un montón de amantes, las tengo todas listadas y casi grabadas en mi memoria para no equivocarme, Paty, Daisy, Lola, Carol, Carolina, Vicky, etc., ah y Bárbara… De esa no me puedo olvidar… - Dice al ver mi evidente sorpresa.- ¡Touché…!- ¡Qué le digo! ¡Era toda una loca! - Dice en completo descaro.- Ana… Te pregunté en serio… - Aunque viendo su cara sabía que no era verdad… - Háblame de ellos… - Digo queriendo indagar más de su loca vida de amor libre, segurame
--- Dominik Müller ---Me siento más libre, me enfoco en mi trabajo, me enfoco en cuidarlo y ayudarlo a usted, aunque he de ser sincera, señor Müller, realmente necesito vacaciones, necesito tiempo para mí. – Dice mientras voltea a verme a los ojos.Necesito hacer todo lo que ya le dije, si acepto seguir con usted, debe dejarme un tiempo para mí, no es que me vaya a ir corriendo a buscar un amor, más bien voy a buscar mi propio amor…Quiero un día para consentirme, para apapacharme, quiero un día a la semana mío, quiero tiempo para conocer los cafés de la ciudad, quiero ir a un bar, emborracharme, beber cerveza y comer una grasienta hamburguesa, quiero ir a los bolos aunque no sé jugar…Quiero conocer el Empire State, quiero ir a la estatua de la libertad, además quiero tomar un vuelo o ir en tren a Chicago…- ¿Los musicales?- ¡No! La verdad es que quiero tomarme una foto debajo de la habichuela gigante… - Dice y sé que es verdad.- ¡Ana!- Sí, sí, luego puedo ir a los musicales, pero