--- Cesar Sánchez ---
Me dolía ver a mi primo en aquella penosa situación, pero que más podía hacer, era de vital importancia abrirle los ojos, si no lo hacía, las consecuencias podían escalar a un nivel del que no saldríamos bien librados. Esos famosos “Sánchez” no eran cualquier familia, es más, solo llegaron al pueblo y trajeron varias desgracias, incluso nos estaban alcanzando debido al apellido.
— ¿Aún hay más? – Me pregunta Diego, aún con dolor en la voz.
— ¡Sí, hermano…! Hay más, esos famosos “Sánchez” de los que se habla en el pueblo, son conocidos ganaderos, pero la realidad, cruda y pura, es que no son ganaderos…
Mi primo se volteó a verme con los ojos bien abiertos, él intuye que, por la ubicación, solo podían ser algo más…
— El tío Héctor me contó que ellos no son personas de fiar, al parecer pertenecen a algún cartel, no me creas, yo tampoco lo creía, pero basta con ver la seguridad que hay en su casa o en la de los padres de Jazmín, por favor, Diego, olvídate de ella.
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