--- Dominik Müller ---
Dejo sentada a Ana y me dirijo a mi guardarropa, sé perfecto que no tengo más ropa para ella, por lo que debo prestarlo algo de la mía, es enorme comparada con su diminuto cuerpo, pero le servirá. Rápidamente, me deshago de mi ropa mojada, me seco y coloco ropa nueva.
En este momento es cuando caigo en que parezco un adolescente, no debí reaccionar así, no es nada personal, Ana solo necesitaba ayuda para bañarse y yo, yo hice lo mejor que pude. ¿Por qué reaccioné así? Me pregunto mentalmente mientras veo mi entrepierna, ¡Demonios, contrólate, Dom!
Espero unos minutos y salgo del vestidor, solo para toparme con que Ana se ha dormido, solo se cubrió con la toalla y cayó profundamente dormida.
Mentalmente, digo, ¡Mañana por la mañana me va a odiar! Con pena o sin ella, le quito la toalla, es obvio que trato de poner mi mente en blanco, trato de no mirar, solo rapidamente le pongo la camisa de mi pijama, la abotono y listo.
Ella parece despertar, pero no lo hace, la