--- Héctor Plourde ---
Cuando vi que Ana tomó asiento a mi lado, supe que venía por respuestas. Era el momento de decirle lo que ocurría, pasé toda la tarde jugando con mis hijas, tal como si no sucediera nada.
Mientras lo hacía, pensaba, una y otra vez, cuál era la mejor opción, pero por más vueltas que le he dado, no puedo dejar de pensar que lo mejor sería que Dominik nos encuentre.
Es obvio que Ana no quiere verle y yo, es más que obvio que no brinco de alegría, pero siendo totalmente sincero, ya no quiero que Ana se haga algo más. Hemos pasado desde el cabello hasta el operarse la nariz hasta perfilarse el rostro, borrando aquellas mejillas que tanto me gustaban.
No niego que aquello la hace lucir hermosa, pero no, ya no podemos seguir así. Alexis Betancourt me ha ayudado a borrar todo rastro de ellas, cada vez que Dominik manda a sus investigadores; sin embargo, esta vez, ha sido más silencioso.
En ningún momento lo vi venir, el que el viernes haya estado aquí, me deja claro que