Luego de un largo día trabajando en el primer plano del edificio en el terreno de la Srta. Wilson, llegué al hotel, cansado y hambriento. Tomé un relajante baño, bajé al restaurante y comí junto a mi secretaria, mientras hablábamos de trivialidades y comentábamos algo relacionado al trabajo.
—Entonces, ¿yo también debo quedarme aquí?
—No lo creo, tenemos más de un proyecto y debemos estar viajando constantemente. Por el momento me quedaré yo mientras termino de hacer los planos del edificio. A ti te necesito en la oficina, haciendo frente a los demás clientes y dándole una mano a Keith en los proyectos de menor envergadura.
—Entiendo —asintió.
—Puedes regresar a casa mañana mismo o, si está bien para ti, hasta el lunes.
—Oh, Sr. Mackenzie, amo hacer mi trabajo y viajar de su mano, pero tengo una chiquilla hermosa que me espera antes del domingo.
Sonreí, imaginando tener una familia y llegar a casa luego de un largo o corto viaje de trabajo. Una linda esposa y muchos hijos es lo que si