CAPÍTULO 125: PROTECCIÓN
Erik
El rugido de Hazel resuena detrás de mí, pero no puedo volverme. No ahora. Mi hijo y Rosie están en peligro, y esos bastardos no van a llegar lejos con ellos mientras yo siga de pie.
Me lanzo tras los lobos que corren tras mi hermana, mis músculos me impulsan con una velocidad que ni siquiera tenía antes de convertirme en Lycan. El aire silba en mis oídos mientras atravieso la fábrica, mis garras destrozan el concreto con cada zancada. El instinto me domina.
Uno de los lobos está a punto de alcanzarla. No lo permito.
Con un gruñido gutural, salto y lo impacto con todo mi peso. Lo lanzo contra la pared con tal fuerza que su columna se quiebra en un sonido seco. Ni siquiera tengo que mirarlo para saber que no se levantará.
El segundo lobo es más ágil, esquiva a Rosie y se interpone en su camino, bloqueando la salida. Rosie se detiene en seco, con el cachorro aferrado contra su pecho, temblando. La desesperación en sus ojos me enfurece más.
El lobo gruñe, mo