CAPITULO 18: DE NUEVO
Hazel
No sé cómo demonios Erik es capaz de escuchar o percibir mis pensamientos. Trato de controlar mi mente, pero es inútil. No quería pensar en eso. Ni siquiera quería recordar. Pero la ecografía lo cambió todo.
Mi corazón dio un vuelco al ver esa pequeña figura en la pantalla, tan frágil y real. Hasta este momento, apenas lo había considerado humano, porque Erik siempre lo llama "cachorro", reduciéndolo a algo animal, distante, ajeno. Pero no lo es. Es mi bebé.
Y entonces mi mente me traicionó. Un recuerdo enterrado en lo más profundo emergió: la noche en la que él me tomó. Esa noche en la que me entregué a él, en la que, por un breve instante, quise imaginar que había algo más. Que, de alguna manera, había amor.
Mi imaginación voló más allá de lo que debería, recreando algo que nunca existió. Y ahora estoy aquí, atrapada entre la pared fría del ascensor y el calor abrasador de su cuerpo.
Lo puedo sentir todo de él. La presión dura entre sus piernas, el roce i