9. Jugando con fuego...

Mientras tanto Alejandra observaba la tormenta desde su oficina, había decido almorzar ahí mismo e instruyó a Laura para que pidiera el servicio. En eso estaba cuando recibió una llamada de Marco pero al no escucharla le envió un mensaje donde le pedía asistir a la cita con Felipe, puesto que él no llegaría a tiempo por el bloqueo de las vías.

-¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos! -exclamó Alejandra- Se mordió el labio inferior y caminó fastidiada de un lado a otro con los puños apretados porque después de lo sucedido la noche anterior no quería otra confrontación con él y menos después de verlo en la mañana, pero no podía faltar a la palabra de Marco,  era su responsabilidad estar al frente dada las circunstancias.

-Laura, por favor, comunícate con la asistente de Marco para que te envíe la agenda de su reunión con el Señor Felipe Cástellor, ¡la necesito para ya! Dicho esto fue a su tocador privado y revisó su apariencia, decidió retocar su maquillaje y refrescar su perfume... estaba lista para enfrentarlo. No iba a intimidarse porque esta vez tenía la ventaja, el turno era suyo y pensaba hacer un saque plano ya que la pelota estaba en su campo.

Una vez lista se dirigió al restaurante con todo lo necesario para la cita mientras trataba de mantener su mente ocupada en cada paso...

-Aquí y ahora -se repetía al tiempo que regulaba su respiración. Salió del ascensor y caminó con paso firme hacia la entrada donde la esperaba el gerente quien la guió a una cámara privada que ella conocía muy bien por ser exclusiva para reuniones de la empresa; era amplia e iluminada con capacidad hasta para quince personas pero hoy había sido adaptada para un grupo pequeño; estaba decorada con el mismo estilo del restaurante: elegante, moderna, con clase y muy cálida.

A través de la ventana miró la ciudad gris y perdió la esperanza de ver el sol. Amaba los días brillantes porque la hacían sentir viva, optimista, libre y feliz, mientras los días grises y lluviosos despertaban en ella la nostalgia y la retrospección. "Soy hija del sol, sin duda" -pensó- Se sentó en un sillón de espaldas a la entrada y dispuso lo necesario con mucha calma y, cuando hubo terminado, miró su reloj que marcaba casi la una.

Cuando el camarero lo invitó a seguir ella se levantó y giró ante él, segura, altiva y con los ojos fijos en los suyos...Un escalofrío lo recorrió y la miró sorprendido sin articular palabra; Alejandra notó su sorpresa y sonrió para sí...punto doble para ella.

-Buenas tardes, Felipe -y extendió su mano para saludarlo.

-Buenas tardes, Alejandra, -dijo con voz ronca aceptando el saludo y recuperando el control.

-Tu mano está fría -le dijo ella. Él llevó la suya a sus labios y las rozó con delicadeza...Ahora fue ella quien recibió la descarga y se estremeció -punto para él- pero retiró la mano de inmediato y recuperó la compostura mientras le indicaba su silla y se excusaba en nombre de Marco...

-Problemas con el clima, pero podemos manejar el asunto nosotros ¿no crees? -Lo miró retadora pero él, al descubrir su juego, le devolvió la mirada y respondió...

-Tú dirás...¿Estás preparada para jugar? -y sonrió con malicia mientras ella se ruborizaba- ¿De verdad, quieres jugar este juego? -Alejandra sostuvo la mirada y le devolvió la pelota ...

-Ya estoy en el juego..-y sonrió seductora rozando sus labios.

Él quedó sin aliento, sintió un deseo irresistible de besarla pero se contuvo porque sabía que ella intentaba llevarlo a su territorio y controlarlo... lo estaba provocando.

-¿Quieres ordenar antes de empezar? -Le dijo ella mientras revisaba las notas de Marco. Él la miró concentrada y respondió...

-Hazlo por los dos...Gina. -Ella se sorprendió al escuchar como la llamó y lo miró en silencio. Cuando se conocieron le había mentido sobre su nombre y aún lo recordaba -punto para él- Llamó al camarero y ordenó pasta a la puttanesca para ella y, para él, canelones de pollo bañados en pesto de nueces y, de complemento, ensalada fresca, vegetales al vapor y una tabla de quesos variados, aceitunas y uvas.

-Escoje la bebida...

-Felipe tomó la carta de vinos y seleccionó un Sauvignon blanc, fresco y ligero, cosecha del año...conocía sus gustos y ella aún recordaba los suyos. Punto compartido...

-Por favor, puede traer el servicio en tres cuartos de hora -le dijo ella al camarero quien asintió mientras dejaba una mesa auxiliar con canapés y agua mineral.

Alejandra tomó el control de la reunión, detalló las fortalezas de la propuesta y los aspectos a mejorar mientras él la escuchaba con atención, impresionado con su fluidez y habilidad para presentar las ideas; miraba su rostro, sus ojos, sus labios...la manera como se movían cuando hablaba y se sintió hechizado. Cuando llegó su turno expuso sus ideas, aclaró conceptos, adjuntó documentos y dirimieron diferencias. De pronto, ambos quedaron en silencio... sonaba el concierto de Aranjuez y el ambiente estaba cálido aunque afuera seguía lloviendo...ella se levantó sin mediar palabra y tomó un vaso de agua mineral antes de acercarse a la ventana, los recuerdos estaban de vuelta.

Mientras tanto él permaneció en su lugar sin atreverse a observarla porque temía perder la compostura; hasta ahora se habia controlado pero no sabía hasta cuando resistiría. Quería increparla, obligarla a responder sus preguntas, gritarle su rencor pero no podía porque ella lo desarmaba. En ese momento llegó el camarero y dispuso el servicio en silencio.

Alejandra ya había vuelto a su silla pero al pasar por su lado notó las hermosas sandalias que dejaban al descubierto sus pies y se estremeció...

-¡Joder! y contuvo la respiración, unos pies femeninos podían volverlo loco...¡Cuánto había besado esos pies! siempre sintió fascinación por ellos. Empezaron la comida en silencio, un silencio lleno de gritos y de miradas con voz propia hasta que él no aguantó más y le dijo:

-Estás preciosa, Alejandra... ¡tan bella que me quitas el aliento! -Su tono era bajo y profundo. Su mirada era muy intensa, quería penetrar su alma y develar las respuestas a tantos interrogantes...Su corazón palpitaba fuerte, su mente estaba frenética y su cuerpo reaccionaba a su cercanía. Ella percibió su inquietud y notó la reacción de su propio cuerpo pero se contuvo y asumió una actitud fría porque era conciente del efecto que provocaba en él y decidió aprovecharlo para castigarlo por su abandono...

-"Esta es mi venganza" -dijo para sí misma.

No hizo nada para desalentarlo, por el contrario, actuaba de manera seductora para aumentar su pasión y sacarlo de control; la pelota seguía en su campo y sumaba más puntos a favor, estaba ganando el match. No iba a bajar la guardia pero ya había logrado que él bajara la suya. "¡Qué fácil ha sido!" -pensó y sonrió maliciosa.

-La comida está deliciosa -le dijo mientras mordía con sutileza el labio inferior y llevaba la copa a sus labios. Felipe notó ese gesto y sintió su corazón palpitante..."Es demasiado" -pensó. Tomó su copa y la bebió de golpe porque necesitaba controlarse para no sucumbir de nuevo ante su encanto. Ella notó su reacción y lo miró con ojos traviesos..."Te tengo en mis manos" -pensó- "¡caíste! Ahora... prepárate porque te daré una lección.

Ella estaba muy segura de su ventaja y estaba determinada a llevarlo a tal punto que él nunca olvidara ese encuentro...

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