Vestigios del Pasado
Vestigios del Pasado
Por: Malena Valentine
1. Preludio

Felipe se tiró de espaldas en la cama con los ojos húmedos y el corazón oprimido al tiempo que escuchaba con melancolía su reproductor...

"Si es preciso te recuerdo que no fué mi intención, fui presa de mis inseguridades, es mi puñal el que se hunde en tu carne, mi conciencia naufraga en tu sangre, te digo ... no fue mi intención; baja la guardia, traes hielo en la mirada, sé que fui yo quien tropezó..." -By S. Cruz y A. Cepeda-. Cerró los ojos mientras seguía la tonada y quiso devolver el tiempo hasta hace dos días cuando eran felices por completo...pero, ya no había marcha atrás.

Cuando ella terminó de ducharse lo llamó para que la llevara a su cama y al tomarla en sus brazos e inhalar su aroma, su mente se nubló por los recuerdos tempestuosos de esos últimos días...la dejó con delicadeza en el borde mientras se arrodillaba frente a ella dispuesto a dar la última batalla porque no concebía la eternidad sin sus besos.

-Entonces, ¿no hay marcha atrás? -preguntó fijando su mirada de brujo en la suya.

-No...Es una decisión tomada -dijo ella sin mirarlo.

-¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? -rogó.

-¡Nada! ¡Por favor, no insistas!

-Dime... ¿algo de lo que vivimos ha sido real?

-¡Todo ha sido real! ¡Maldit@ sea! ¡Cada segundo, cada palabra, cada caricia, cada beso, cada gemido...todo! -dijo con vehemencia y al borde de las lágrimas.

-Entonces, ¿por qué me dejas? -y se aferró a sus piernas.

-No te estoy dejando... ¿olvidas que tú me dejaste primero? No puedo dejar a quien ya me dejó...

-Ya me retracté

-Pero ya el daño está hecho -dijo mientras limpiaba una lágrima solitaria en su mejilla.

-Solo una vez más... al menos ¡déjame amarte una vez más!..¡por favor!

-¡Ya! ¡No más! ¿crees que esto es muy fácil para mí? me sacaste de tu vida sin escucharme, no me diste el beneficio de la duda...

-Perdóname, preciosa... -dijo mientras pasaba sus dedos por su mejilla enrojecida.

-No nos hagamos más daño.

-No voy a pedirte permiso...voy a amarte una vez más así muera en el intento.

Y antes que pudiera responder le abrió la bata y se aferró a su torso desnudo mientras la llenaba de besos y caricias atropelladas por la mezcla de deseo y dolor ante la inminencia de su partida.

-¡No lo hagas, por favor, no nos hagamos más daño! -protestó ella mientras él trazaba una senda de placer por sus pechos hasta su vientre que terminó de bajar sus defensas y rendirse ante esas manos y esa boca endemoniada que amenazaban con llenarla y hacerla desbordar de pasión otra vez... Cerró los ojos y tiró la cabeza hacia atrás cuando él abrió sus piernas y asaltó su intimidad sin contemplaciones mientras gemía como loba herida y lo atraía más a su cuerpo.

-¡Máaasss! quiero más... quiero todo, Felipe... Entonces cayó de espaldas en la cama y se abrió por completo dispuesta a recibir todo el poder de su virilidad hasta desgarrar el silencio de su alcoba con sus gritos que más que placer eran una expresión del dolor de su corazón herido por el hombre a quien le había entregado su ser y que una vez más, la dejaba rota... mientras él, por su parte, caía en ese abismo que ya conocía de memoria por ser su morada cuando la perdió por primera vez y lloró desconsolado mientras dejaba en ella lo más puro de su ser, junto con sus sueños e ilusiones de una vida juntos más allá del final de los tiempos...

1. Añoranzas

Esa mañana era una de las más frías del mes de octubre en la vereda; mientras una llovizna caía, la niebla danzaba sobre el verdor de la sabana como en un baile nupcial; al filo de las colinas que dominaban el horizonte se insinuaban los primeros rayos del sol, suaves y tímidos, como si quisieran ser testigos del espectáculo antes de mostrarse en todo su esplendor. El viento frío y tenue daba los últimos pincelazos a una de las obras de la creación más maravillosas.

Alejandra observaba el horizonte desde el balcón de su villa rodeada de un precioso bosque de pinos y encallada en una colina en las afueras de la ciudad que tanto amaba. Estaba sentada en un sillón envuelta en una manta gris con un matiz de tristeza en sus grandes y expresivos ojos... Con desilusión comprendió que lograba darle calor a su cuerpo pero no era suficiente para reconfortar su corazón.

Era lunes...un lunes más desde ese enero fatal cuando por disposición de su esposo debió posesionarse como CEO de Giordanelli Company; algo que ella no pidió pero que asumió con toda entereza y confianza de estar a la altura de las circunstancias en un mundo dominado por el sexo masculino, despiadado y muy competitivo; pero ella con su preparación, talento y recién descubierto liderazgo -en contra de las expectativas- había logrado mantener en pie la compañía que Vincenzo Giordanelli estableció con mucho empeño y que hoy representa su legado. Además, se había posicionado como una de las jóvenes más influyentes pues su sensatez, olfato y capacidad de gestión le habían abierto las puertas del mundo corporativo.

El transcurrir de los meses y su nueva posición le habían ayudado a superar la pérdida. "¡Todo fue tan abrupto!"- pensó- Recordó aquella tarde de enero cuando recibió la llamada de Marco Mori, el joven socio de su esposo, con una noticia absurda... "Alejandra, lamento decirte que la avioneta piloteada por Vincenzo ha sufrido un accidente" -Marco hizo una pausa pero no hubo reacción alguna- "Ya se están coordinando las labores de rescate con las autoridades pero va a ser complicado porque cayó en una zona de difícil acceso" -Se detuvo pero no hubo respuesta- "Sabes que cuentas conmigo en este momento difícil... ¡Por favor! no pierdas la fe. Te mantendré informada"

Ella quedó paralizada... no fue capaz de articular una palabra; su esposo era su apoyo moral y emocional, la amaba profundamente y la protegía. "¿Qué iba a ser de ella sin su amor y compañía? Sintió como si una daga atravesara su corazón quitándole una parte de sí, porque lo amaba aunque no de la manera apasionada como siempre había deseado. Por su devoción y ternura hacia ella había aprendido a amarlo de manera tranquila, segura, sin prisas; y, sobre todo, a admirarlo en toda su dimensión como ser humano... su esposo era su soporte y su lugar seguro, no sólo para ella sino para aquél a quien más amaba. En ese instante, su corazón volvió a encogerse al recordar esos momentos.

Sola con sus pensamientos y sobrecogida por los recuerdos siguió mirando el horizonte. El sol ya había empezado su ascenso triunfal, la lluvia habia cesado y la neblina se dispersaba, parecía que huía de los cálidos rayos develando una ciudad resplandeciente, viva y llena de promesas. Ensimismada, no escuchó la dulce voz de Elena, la fiel ama de llaves que cuidó de su esposo y luego de ella cuando se convirtió en la Señora Giordanelli.

-¡Niña Alejandra! ¡Niña Alejandra! Le traje su café. ¿Le pasa algo? ¡Niña Alejandra!

Alejandra reaccionó y se percató de la presencia de Elena, sus ojos brillaron y se dibujó una leve sonrisa en su rostro.

-Buenos días Lena, no te escuché llegar.

-¡Mi niña parecía que estaba en la luna, me llegué a preocupar! -Respondió la dulce mujer.

Alejandra tomó la taza de café humeante y, por un momento, contuvo el aliento...Ella solía compartir ese placer con su esposo cada mañana cuando no estaba de viaje y el aroma del café la hizo revivir esos gratos momentos.

-¿Va a desayunar mi niña? He preparado un delicioso omelette con queso y las verduras al vapor que le gustan, le hice su bebida favorita y traje pan de quinua recién horneado.

-Hummm, ¡qué rico Lena! se me ha abierto el apetito -contestó con voz alegre- el café tenía un efecto positivo en ella. Elena tomó algunas cosas para lavar y salió.

-Bien, la espero en el comedor, dese prisa si quiere llegar a tiempo a la compañía. Le diré a Samuel que prepare el auto.

"Elena me mejora el ánimo" -pensó mientras alternaba su mirada entre la taza y el horizonte- El sol brillaba, la ciudad renacía, la nostalgia se disipaba; pero la ausencia de Vincenzo aún la afectaba aunque su situación emocional se había equilibrado a la par de su éxito profesional, todavía lo extrañaba y mucho...

Cuando terminó su café tomó una ducha y se preparó para iniciar la semana; eligió un vestido azul rey sin mangas hasta la rodilla que delineaba con sutileza su figura, destacaba sus hermosas piernas y el contorno de su busto con un escote alto; se calzo un par de stilettos negros y un abrigo a tono, completó su outfit con accesorios discretos en oro blanco y un maquillaje suave que resaltaba su belleza natural. Dejó su cabellera negra lisa y con suaves bucles en las puntas suelta sobre su espalda. Se miró al espejo y le gustó lo que vió, se veía muy hermosa...

Después de desayunar y escuchar las historias de los nietos de Elena estaba lista para ir a la compañia. El joven conductor le abrió la puerta trasera mientras ella le agradeció con una sonrisa; se acomodó y dejaron atrás la Villa Giordanelli. El viaje a la compañía demoraba cuarenta y cinco minutos, tiempo que aprovechaba para actualizarse sobre política, finanzas y negocios, hacer llamadas o gestionar correos.

Por un momento observó el paisaje, detalló las colinas y los árboles al margen de la vía, disfrutó el aroma a pino y eucalipto...cerró los ojos y agradeció al Creador por tanta belleza mientras en la radio sonaba...

"A veces llega la lluvia para limpiar las heridas; a veces solo una gota puede vencer la sequía; y para qué llorar pa' qué, si duele una pena se olvida; y para qué sufrir pa' qué, si así es la vida hay que vivirla, la-la" -by Marc Anthony- Siguió la melodía y sonrió...

Con el corazón y la mente tranquila empezaba la semana, sin sospechar las sorpresas que le depararía. De nuevo, su vida estaba a punto de dar un giro inesperado. Tomó el celular y revisó las noticias en su feed, se detuvo en la de una modelo que había conocido en la universidad pero fue su acompañante quien captó su atención, amplió la pantalla y miró el detalle...

-¡Rayos! Es igualito...pero debe ser coincidencia -se dijo mientras miraba el paisaje- ¡No después de tantos años! -Sintió un cosquilleo en su pecho y un vacío en el estómago... cerró los ojos y se obligó a desechar la idea de su mente de inmediato...

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