Capítulo 17: Sé mía.
Era tonto negar que no existía algo que los unía aún, aunque ese algo no tuviera un nombre habían tantos momentos que en el presente regresaban a la memoria de Ivy como una película sin fin, la mirada de Mathew estaba puesta sobre ella y no sabía de qué forma intentar ocultar lo indefensa que se sentía en ese momento, su corazón latía desbocado mientras que ella se regocijó en su copa de vino mirando a cualquier dirección que no fuera el rostro de su futuro esposo.
— Hay muchos recuerdos en este lugar, creo que es un tanto abrumador ¿No crees? — Dijo ella con una sonrisa tímida.
— Lo sé, por eso quise traerte aquí. Siento que a veces es bueno atesorar momentos que ya no existen ni volverán a repetirse. Hacías mis días mejores y siendo tan chico recuerdo pensar que te tendría por siempre, que de alguna forma esa cuerda invisible que nos unía nunca se rompería — Respondió no sin antes colocar su copa arriba de la mesa.
Ivy en cambio se puso de pie y empezó a recorrer la sala, quizás en