Lisandro toma su teléfono que está sonando e insulta al ver la pantalla, mientras Camila lo mira.
—¿Qué pasa? —pregunta ella.
—Tengo que resolver algo, pero quiero que me esperes aquí. ¿Puede ser? —le pregunta Lisandro, y la besa.
Camila acepta sin comprender lo que le ocurre, luego observa cómo él se marcha. Parece molesto e inquieto. ¿Qué lo haría ponerse así? Ella espera un buen rato, seca su cabello y se viste de nuevo, pero Lisandro no vuelve.
Cuando está perdiendo la paciencia, recibe un mensaje de él diciendo que su hija ha ido a la fiesta y pronto se irán. Esto le parece insultante, así que sale de la habitación y vuelve a la fiesta. Se encuentra con Nicolás y le pregunta por Lisandro.
—Se fue a llevar a su hija a casa, pero dijo que volverá en un rato. Aunque no queda mucha fiesta. ¿Dónde estabas tú? ¿Viste los fuegos artificiales? —pregunta Nicolás.
Camila ignora a Nicolás al ver a una persona detrás de él.
—Nico, mi papá olvidó la llave —indica la joven.
Nicolás se voltea y