Como de costumbre, Lily se despertaría a las seis y media de la mañana. La chica se sentía extraña. Había algo que Lily no podía explicar, pero que la preocupaba. Hoy Lily tenía libre, así que simplemente se sentó a holgazanear, comiendo pan mientras pensaba en algo que ella misma no podía explicar.

Como siempre, Sean se escondía en el techo de yeso. Sean entró en pánico de repente porque se dio cuenta de que hoy era el día libre de Lily. Eso significaba que Sean no podría salir si Lily seguía en casa.

Braaaaaak...... bruuuuuuk........

Aaaaaargh.......

De repente, el pan que Lily estaba a punto de comer salió volando cuando vio a un hombre caerse del techo de su casa alquilada.

"¿Quién eres, eh? ¿Qué haces en mi casa?", preguntó Lily, medio asustada, mientras Sean solo gemía de dolor porque su pecho había sido lo primero en golpear el suelo.

Lily abrió rápidamente la puerta de su casa; quería escapar, pero Sean la detuvo rápidamente.

"¡Tú...!”, señaló Lily con los ojos muy abiertos, m