16. Sean la obliga
Después de caminar aproximadamente quinientos metros, Lily cayó de repente porque ya no tenía fuerzas. Sus piernas no la sostenían, su cuerpo temblaba y su respiración se estaba agotando por el hambre y el cansancio.
Sean, al ver a Lily caer, corrió inmediatamente hacia ella. Por suerte, Lily no se desmayó, pero su rostro parecía muy pálido y cansado.
"¡Lily, vamos a casa conmigo!", la invitó Sean.
"¡No quiero!", gritó Lily. "¡Eres un extraño!".
"Oye, extraño, ¿qué tal si alguna vez nos unimos?".
Lily miró a Sean con fiereza; una lágrima rodó por su mejilla cuando recordó el incidente. Sean entró en pánico cuando Lily lloró; quería tocarla, pero tenía miedo, aunque siempre había tocado el rostro de Lily a escondidas.
"Lo siento, no era mi intención herir tus sentimientos. Pero, así es".
"¿Qué quieres? ¿Por qué estabas en mi casa?
¿Por qué me trajiste a un lugar como este?", Lily volvió a interrogar a Sean.
"¡Regresemos juntos a casa, dúchate y come, y luego te contestaré todas tus pre