Capítulo 40. Una impresión
Graham observó el tobillo de Ana y ella arrugó la cara, pero él fue delicado al revisarlo, acarició su pie admirando sus uñas pintadas de rojo y la piel brillante de sus piernas.
Ana notó la apreciación del hombre y sonrió con picardía.
— ¿Quieres pastel? —Le ofreció valiéndose de un lenguaje de señas y él negó con la cabeza, tomó el plato y le dio a ella en la boca.
Ana sonrió y se dejó alimentar.
Ana le pidió su teléfono con señas y Graham sonrió y se lo dio.
Ana copió su número y devolvió.
—No sé cómo no pensé antes en esta manera de comunicarnos.
Ana escribió en su teléfono y envió el mensaje traducido a Graham.
“¿La fiesta está aburrida?”
Graham negó con la cabeza.
“Perdón por sacarte de la fiesta”
Graham sonrió y escribió:
“Me dio pesar que no probaras el pastel”
Ana sonrió.
—Zenkiu mister —Ana achicó los ojos y escribió en su teléfono y envió mirándolo con picardía.
“Ya has decidido no ignorarme”
Graham frunció el ceño y respon