Capítulo 128. Lealtades comprometidas
En cuanto Maggi ingresó a su hogar tarareando una canción romántica llena de felicidad después de la exitosa cena, su madre estaba llorando en el sofá y su padre tenía las manos en las caderas.
— ¿Se puede saber qué demonios hacías exhibiéndote con ese charlatán?
— ¡No es un charlatán! Es mi novio —decretó Maggi y su padre le volteó la cara de una sonora bofetada.
Maggi cayó sentada en el sofá junto a su madre.
—Eres una inepta que destrozó su futuro por una malcriadez, por eso se fue Graham, tú te exhibiste como una mujerzuela y cambiaste a un buen hombre por un delincuente. La culpa es tuya —dijo señalando a su esposa—. Tú no le inculcaste moral a esta niña y ahora nos ha hecho un hazmerreír ante el clan.
—Angus será el jefe del clan y yo seré su esposa —le porfió Maggi.
— ¡Niña atolondrada y estúpida! —Gritó su padre— ¿De dónde sacas semejante ridiculez? Angus es un malandrín.
—Pues ya verán cuando yo sea la señora del clan.
— ¿Por qué estás tan segura? —Pre